Tribuna Viva
Se me ha privado injustamente de todo contacto con mi hija de 10 años
Soy una madre decepcionada y muy enfadada con la Justicia y la Administración de este país. Por decisión del Juzgado nº1 de Marín, sin justificación alguna, me han llevado a mi hija a un Centro de menores a Vigo. Llevo 57 días sin poder ver, ni hablar con mi hija. Se me ha privado injustamente de TODO CONTACTO con mi hija de 10 años, a la que he cuidado y mimado desde su nacimiento, sin que su padre se acordase de ella, ni para lo más esencial de su alimentación, vestido y educación.
La decisión del Juzgado ordenaba que yo no podía tener contacto con mi hija durante 3 semanas y que, en el plazo de un mes, los psicólogos del centro de menores de la Xunta de Galicia deberían emitir un informe para que pudiese recuperar el contacto con mi hija.
Tanto el Juzgado como los técnicos han incumplido lo acordado por ese mismo Juzgado, sin que se tomen medidas a estas alturas y transcurridos 57 días desde que se llevaron a mi hija, para que la niña pueda estar en contacto y recuperar a su madre.
NADIE, ni los técnicos, ni siquiera la Juez del Juzgado de Marín han tomado medidas para evitar este retraso, ocasionando un grave daño emocional y psicológico tanto a la menor como a mí, su madre.
Al principio pensaba que lo del Síndrome de Alineación Parental no se daba en mi caso. Ahora compruebo con dolor que está a la orden del día y que la decisión contenida en el Auto del Juzgado ordenando la suspensión del contacto entre mi hija y yo estaba basado en ese Síndrome de Alineación Parental, prohibido por los juzgados.
Es intolerable y admisible la TORTURA que estamos soportando por parte de la Administración Judicial que ni siquiera se digna a responder a los escritos presentados y a resolver sobre una medida cautelar tan grave, que tenía un límite temporal de 3 semanas y que ya lleva más de 8 semanas de mantenimiento.
Esta situación de tortura institucional se ha visto agravada por el hecho de que ni siquiera ayer, que fue el DIA DE LA MADRE, he podido estar con mi hija. Ni hablar con ella siquiera. Se me niega información acerca de cómo está, de si está bien cuidada, de si estudia, de si duerme, incluso de si pregunta por mí. El dolor de esta ausencia es insoportable y denunciable, pues es inaceptable en un Estado de Derecho como el nuestro en el que se supone que el interés más necesitado de protección es el de una menor.
¿Qué bien le puede hacer a una menor de 10 años el separarla de su madre, hasta el punto de que ni siquiera se le permite cualquier tipo de contacto con ella?
¿Cómo es posible que haya tanta insensibilidad en las personas que están en las administraciones, incluso en el Juzgado, las cuales, si no son madres, sí son hijas?
¿Cómo soportarían el no estar en contacto con su hija o su madre durante tanto tiempo, en especial tras 10 años de cuidados intensos y exclusivos, con absoluta dedicación maternal, hasta el punto de ni siquiera poder estar con su madre en un día tan especial como el DIA DE LA MADRE?
¿Existe mayor insensibilidad, mayor tortura institucional, mayor violencia psicológica y emocional que el separar a una hija de su madre, sin causa justificada, manteniéndolas en aislamiento total y absoluto?
¿Qué razones o motivos de peso pueden llevar a esta situación tan dramática y dolorosa? NINGUNA.
Y esta situación se complica y se agrava si tenemos en cuenta que padezco una enfermedad de importante gravedad, cuya enfermedad era conocida por mi hija; por lo que la ausencia de contacto entre ambas, incrementará su dolor al no saber cómo me encuentro y si mi estoy recuperando de mi enfermedad o recayendo en una gravedad irreversible.
IMPLORO a las instituciones tanto judiciales como administrativas (de la Xunta de Galicia) que pongan fin a esta tortura y violencia institucional que estamos sufriendo, por el retraso judicial injustificado que agrava la situación de desesperación tanto mía como de mi hija; este sinsentido, que lo único que hace es perjudicar a mi hija y a mí, debe acabar de una vez por todas. Por el bien y salud emocional de mi hija y el propio.
**** Madre de una niña a la que el juzgado de Marín ha enviado a un centro de menores